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Por: Masculinidad 98
Toda persona decide cómo ejercer su sexualidad, sea mediante orientación sexual, identidad de género, expresión de género u otras formas. Para lograrlo, pasa por un proceso prolongado y dinámico que se nutre por las experiencias de vida, la educación sexual que se recibe, estímulos de la sociedad y cómo se procesan esos estímulos. Para hombres heterosexuales cisgénero, este proceso tiende a incluir ciertos retos perpetuados por ideas del machismo. Estos retos pueden centrarse en: el control sobre la sexualidad femenina, el consumo excesivo de material pornográfico, poca inteligencia y/o salud sexual y problemas de autoestima y autoconcepto al no cumplir con estereotipos de masculinidad tradicional.
En el caso de este escrito se hablará de la competencia implícita que se ve entre hombres heterosexuales cisgénero y los juguetes sexuales. Se hablará sobre la percepción de muchos hombres ante los juguetes sexuales, las limitaciones a la experiencia sexual que puede traer esto, cómo esto es reforzado por esquemas mentales del machismo y cómo salir de este ciclo de ignorancia sexual. Por último, cada vez que se haga referencia a hombres en el escrito, es referente exclusivamente a hombres heterosexuales cisgénero.
Muchos hombres, especialmente jóvenes, están enfrentando un dilema con su masculinidad. Se adhieren a una masculinidad tradicional que se les categoriza como machista u hombre tóxico o exploran una masculinidad alterna donde rompen con las normas tradicionales del género masculino y empiezan un proceso de deconstrucción. Esto puede observarse en cómo se educan sobre el sexo y cómo deciden llevar a cabo sus prácticas sexuales.
Hoy en día, parece un pilar de la educación sexual de hombres que esta empiece en la pornografía. La pornografía se presenta como una fuente de contenido sin filtro, un golpe de información sexual para jóvenes que apenas entienden sus cuerpos. Es por lo que, las prácticas sexuales de muchos hombres se centran en lo aprendido de la pornografía. Desde el egoísmo sexual del hombre, el desprecio del placer femenino, la falta de conocimiento de un acto sexual que no incluya penetración, la obsesión con el tamaño del pene y la competencia contra los juguetes sexuales.
Centrándose en los juguetes sexuales, representan una apertura a prácticas sexuales que no se ven comúnmente en la pornografía. ¿Qué pasa cuando el hombre no es capaz de ver más allá de la indoctrinación de la industria pornografía y la hipersexualización de una sociedad machista? Vemos cómo se desarrolla una relación hostil con los juguetes, son percibidos como una derrota de sus habilidades sexuales, como si el uso de juguetes por su pareja representa una insatisfacción con él. Se observa cómo se convierte en un tabú y que las mujeres deben esconder sus juguetes o usarlos luego de que el hombre haya adquirido su propia satisfacción.
También surgen sentimientos de vergüenza en algunas mujeres (hétero) por la idea de que pueden tener su propia satisfacción sexual sin la necesidad de un hombre. Todo esto se une para reforzar el analfabetismo sexual que vemos en muchas personas de ambos sexos.
Esto se refleja en cómo las mujeres heterosexuales tienden a reportar menos satisfacción sexual que mujeres de otras orientaciones sexuales. Puede ser frustrante la escasez de educación sexual integrada que verdaderamente prepare a la gente para una vida sexual segura, satisfactoria y creativa. Depende de las creencias o contextos, se sacrifican elementos esenciales de esta educación.
¿Entonces, qué pueden hacer los hombres para cambiar esta mentalidad de que los juguetes sexuales son su competencia?
Conlleva desaprender muchas prácticas sexuales centradas en el egoísmo masculino durante el sexo al igual que desarrollar habilidades de comunicación y atención a las necesidades del mismo hombre y con quien realiza el acto sexual. Desde una perspectiva individual, todo hombre que desee alcanzar su máxima satisfacción sexual debe atender su cuerpo con cuidado y atención, pendiente a cuáles prácticas resultan más placenteras. A esto se le añade la apertura a educarse sobre posibles juguetes sexuales como “sleeves” o “cock rings”, estos pueden elevar las capacidades de estimulación sexual para hombres.
Por aquí sería bueno mencionar el terror que le tienen muchos hombres a la estimulación anal. Esto sirve como evidencia de cómo los hombres se cohíben de disfrutar de su cuerpo. Claro, la respuesta no es participar de cualquier acto sexual y usar todos los juguetes con tal de ser un “hombre saludable”, esto se trata de romper creencias machistas sobre la sexualidad y exponerse a nuevas experiencias de educación y prácticas sexuales. Desde una perspectiva de pareja, es esencial desatarse de la pornografía, de la ignorancia sexual y del egoísmo sexual. Para los que piensan que la pornografía tiene algo positivo para aportar, es importante estar consciente de que este contenido es creado predominantemente para hombres y muestra escenarios idealizados que no representan la realidad.
Le toca a los hombres modificar su masculinidad para explorar cómo comunicarse eficientemente, ser considerado con los deseos de su pareja e implementar los cambios necesarios para que ambos (o cuantos quieran estar envueltos) reciban el placer que se merecen. Esto incluye dejar ir algunos pensamientos dañinos como la obsesión con el tamaño del pene, la preocupación por el historial sexual de su pareja o hasta cuánto tiempo dura el acto. En cambio, fomenten la comunicación para tener una idea clara de los deseos y preferencias de su pareja y encaminarse a poder cumplir dichos deseos. Esto incluye explorar si hay un interés para usar juguetes, cuáles juguetes, cómo usarlos y aprender sobre aspectos higiénicos del uso de juguetes.
Las preferencias sexuales van a diferir tal y como difieren los gustos de comida, es parte de la naturaleza humana. Lo esencial es estar consciente de qué verdaderamente es una preferencia y qué es una expectativa puesta por la pornografía o tendencias machistas. El sexo brinda la oportunidad de conocer, explorar y disfrutar del cuerpo y la mente de forma individual y con alguien, es por lo que se debe aprovechar cada oportunidad para ejercer la sexualidad. Dejen atrás la presión de ser la pareja sexual perfecta, el “inolvidable”, suelten su obsesión con el tamaño de sus penes y limiten su consumo de pornografía. Amplíen su conocimiento sexual, conózcanse, comuníquense efectivamente con su pareja y métanse a la página de capela love para empezar a explorar el mundo de los juguetes sexuales.
Desde Masculinidad 98, les deseamos el mejor placer que puedan alcanzar.